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Los vehículos compartidos desplazan a más de un millón de conductores en España

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Los vehículos compartidos desplazan a más de un millón de conductores en España

Se espera que en 2035 haya 7,5 millones de coches compartidos circulando por Europa, según un estudio

Por: L. Martín

Los barceloneses pasan en atascos 59 horas de media al año, en la ciudad española donde los habitantes pierden más tiempo en estas congestiones de la autovía, según el estudio TomTom Traffic Index. Esto aumenta los costes en gasolina, ya disparados por la coyuntura económica, a lo que se suman los gastos por mantener aparcado el coche, que pasa inmóvil un 95% de su vida útil. Si bien el vehículo privado es importante en las largas distancias y el entorno rural, cada vez hay más personas que viven en las ciudades y que optan por nuevas iniciativas de movilidad compartida. Esta se vuelve una alternativa, a su vez, por el crecimiento de la población mundial y los retos que suponen la contaminación y la accesibilidad. Pero, ¿en qué consiste este tipo de movilidad?

El coche es el transporte más usado a la hora de hacer viajes de media y larga distancia en Europa. De hecho, se utiliza en más del 75% de estos trayectos según el estudio ‘Zero Empty Seats’ de Blablacar. Sin embargo, la ocupación media de estos vehículos es de 1,9 personas, 1,7 en España. “Actualmente tener coche supone un gasto importante y despunta como alternativa la experiencia de compartir vehículo para ahorrar en costes y conocer gente”, además de promover una reducción de la contaminación y del tráfico, explica Florent Bannwarth, director de operaciones de BlaBlaCar para España y Portugal.

Concretamente, los vehículos compartidos desplazan a más de un millón de conductores, según datos de la Asociación de Vehículo Compartido de España. Entre las diferentes modalidades está el ‘carpooling’, que implica realizar viajes con otras personas a cambio de compartir gastos -como BlaBlaCar- y el ‘carsharing’, que consiste en una flota de vehículos privados que se pueden usar libremente -como Free2move-, pagando el servicio por minutos, según expertos. También existe el ‘ridesharing’, que da la oportunidad de compartir el trayecto con otras personas que van en la misma dirección, normalmente a larga distancia (como UberPool), y el alquiler de vehículos particulares, para anunciar el propio vehículo ‘online’ cuando no se utiliza (como SocialCar).

Esta revolución implica pasar de la propiedad al acceso y existe tanto para patinetes, como para motos, autobuses y bicicletas, entre otros vehículos. “Todavía se utilizan menos de lo que debería y es necesario que la gente empiece a pensar en cómo se mueve”, destaca May López, directora de Desarrollo en Empresas por la Movilidad Sostenible.

El estudio de BlaBlaCar demuestra también que estas modalidades pueden tener efectos sobre los hábitos de conducta de los usuarios. Por ejemplo, el 22% de los conductores de la plataforma reduce su velocidad cuando comparte coche, mientras que el 28% de los usuarios que utilizan la plataforma como pasajeros retrasan la obtención de su carnet de conducir. Además, el 34% de usuarios españoles elige combustibles más sostenibles desde que hace uso de la plataforma y el 72% revisa la presión de sus ruedas con mayor frecuencia.

La contratación de los servicios de ‘car sharing’ acostumbran a realizarse a través del móvil, por lo que quedarán restringidos a personas con cultura digital y ‘smartphone’. “Hace 13 años, los que utilizaban la plataforma eran más jóvenes, pero la edad media actual ya es de 32 años y se aleja de la imagen de ser un servicio para estudiantes”, añade Bannwarth.

Crecimiento exponencial y sostenibilidad

Se espera que en 2035 haya 7,5 millones de coches compartidos circulando por Europa, según el estudio ‘Car Sharing Unlocked’ de ING. “Para llegar ahí, es necesario sensibilizar a la población porque todavía hay mucha gente que no conoce estas alternativas. Pero también es importante que todos estos modelos de negocio disruptivos y colaborativos cumplan con todos los requisitos sobre sostenibilidad.”, según López. “Las formas más limpias de movilidad del coche privado son el eléctrico y después el hidrógeno. Avanzar en esta dirección es muy importante para promover una sostenibilidad de futuro”, añade el director de Operaciones de BlaBlaCar para España y Portugal. La aplicación en España, tras 13 años, ha conseguido situar el territorio como el segundo más maduro en el mundo, con más de siete millones de usuarios. Además existe mucho margen de mejora, teniendo en cuenta que en Francia llega a casi el 30% de la población. El coche compartido, según el informe de BlaBlaCar, ahorra 1,6 millones de toneladas de emisiones de CO2 anuales.

A día de hoy, ya existen múltiples empresas que ofrecen estos servicios. BusUp, por ejemplo, consiste en un servicio de autobuses compartidos para empresas, mientras que Bluemove permite alquilar coches por horas.

Ayudas para potenciar el transporte compartido

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha otorgado 1.000 millones de euros de los fondos europeos de recuperación a 170 municipios y dos entes supramunicipales para descarbonizar y digitalizar la movilidad urbana. Y la compartida tomará parte de las subvenciones, entre otros métodos. “Los Ayuntamientos podrán hacer más carriles para transporte público, sensorizar la calidad del aire y las emisiones del vehículo y añadir bicicletas o patinetes de movilidad compartida”, según la directora de Desarrollo en Empresas por la Movilidad Sostenible.