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Tres experiencias en vehículo eléctrico y una misma conclusión: vale la pena

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Tres experiencias en vehículo eléctrico y una misma conclusión: vale la pena

Una empresa consolidada, una ‘start-up’ y un particular explican las ventajas que les aporta su apuesta por la movilidad eléctrica para llevar a cabo su actividad diaria, con el convencimiento además de que están aportando un beneficio al entorno

Por: V. F.

Para valorar la experiencia al volante de un vehículo eléctrico, tanto a nivel profesional como particular, no se puede recurrir a un solo parámetro. La cuestión económica es clave, por supuesto, y aquí se debe incluir tanto la inversión inicial como los ahorros que se consiguen a medio plazo debido al menor coste de mantenimiento y al precio inferior de la electricidad respecto al combustible. También las ayudas a la compra disponibles a través del Plan Moves III (alimentado con fondos europeos) y la financiación que ofrecen entidades como BBVA. Pero las conclusiones están incompletas si no se les añade el concepto medioambiental, es decir, las emisiones contaminantes que consiguen evitar.

Una empresa consolidada, una ‘start-up’ y un particular nos explican sus sensaciones después de llevar a cabo una apuesta decidida por el vehículo eléctrico, con la vista fijada no solo en la rentabilidad económica sino también en su compromiso para hacer frente a la emergencia climática. Pioneros que aseguran que no hay vuelta atrás y que constituyen un ejemplo para una sociedad que debe transitar cuanto antes hacia una movilidad realmente sostenible.

Grup La Pau:

“Hemos demostrado que el transporte sanitario puede ser eléctrico”
Jordi Alonso.
Jordi Alonso.

Grup La Pau, dedicado al transporte sanitario en Catalunya desde hace casi 40 años, dio un gran salto en plena pandemia cuando ganó un concurso del Gobierno vasco para cubrir las zonas de Álava y Vizcaya, triplicando prácticamente su volumen y pasando de 350 a 1.200 trabajadores. “Además de nuestra trayectoria y calidad asistencial, uno de los puntos que tuvieron más peso en la adjudicación fue nuestra apuesta decidida por el vehículo eléctrico”, asegura Jordi Alonso, director financiero de la cooperativa.

En este sentido, cuentan actualmente con 427 vehículos sanitarios, de los cuales 116 son eléctricos, con unas autonomías que van de los 160 a los 400 kilómetros y que usan sobre todo para la prestación de servicios no urgentes y preventivos. “Hemos demostrado que se puede aplicar la movilidad sostenible al sector de las ambulancias, ofreciendo el mejor servicio posible y teniendo un impacto positivo en el entorno. Eso sí, debes planificar muy bien la gestión de flotas, los horarios y puntos de recarga, así como los pesos de los vehículos. Por eso, de momento no podemos usar ambulancias eléctricas para los servicios urgentes”, añade.

El objetivo de Grup La Pau es seguir con el proceso de electrificación iniciado, para el cual han recibido el apoyo financiero de BBVA. Siempre teniendo en cuenta que esta apuesta implica que no solo se deben valorar las cuestiones económicas –la inversión inicial sigue siendo superior–, sino también las emisiones de CO2 que logran ahorrar. “En un contexto de emergencia climática no tiene sentido no plantearse las cosas de esta manera. Es una inversión que no puedes ver, pero que es clave para el futuro del Planeta”, recalca Alonso, que también explica que han instalado placas solares en sus sedes para que parte de la recarga provenga de fuentes renovables. “Seguiremos así, nuestra apuesta por el medioambiente es decidida y, además, creemos que podemos ser un ejemplo para otros sectores”, concluye.

Plazy:

“Nuestras ganas de emprender están ligadas con un compromiso con la sostenibilidad”
Davide Brea.
Davide Brea.

Cuando Davide Brea, gallego afincado en Sabadell, decidió que quería dejar su trabajo estable y emprender un proyecto personal, tenía claro que debía estar ligado de manera indisociable con la sostenibilidad. “En un negocio los números tienen que cuadrar, eso es obvio, pero queremos que sea siempre de manera sostenible, tanto a nivel social como medioambiental”, asegura. Por eso, cuando puso en marcha Plazy en el 2020, un servicio de limpieza manual de vehículos a domicilio, apostó por el uso de vehículos eléctricos, productos ecológicos y empleo de calidad.

Cuando un usuario solicita a través de la ‘app’ un servicio de limpieza, los especialistas de Plazy (‘los plazers’) utilizan un quad eléctrico para desplazarse al lugar donde está aparcado el coche, con todo el material necesario en el baúl. “Tienen una autonomía de entre 120 y 140 kilómetros pero, además, nuestro algoritmo está diseñado para optimizar las rutas, de tal manera que los servicios sean lo más eficientes posibles”, comenta Brea. Luego, por la noche, los vehículos se recargan en los distintos aparcamientos que Plazy tiene repartidos por sus áreas de actuación.

La evolución de la ‘start-up’, que ha quedado finalista en la última edición del Premio BBVA a la Innovación en Sostenibilidad Medioambiental, demuestra que el modelo es válido. Comenzó en Sabadell, luego se fue abriendo a otras ciudades del Vallès hasta que ha dado el salto a Barcelona. “En lo que va de año ya hemos hecho los mismos servicios que en todo el 2021 y nuestra previsión es facturar 300.000 euros, el doble que el año pasado. Ahora el plan es seguir creciendo en toda Catalunya y pasar de los 5 vehículos eléctricos en servicio a los 20 al acabar el año. Y en tres años la idea es disponer de 130 plazers”, avanza. La idea parte de algo sencillo: ofrecer un lavado manual especializado –de entre una hora y media y dos horas de duración en su fórmula estándar– al mejor precio posible y con la comodidad para el usuario de no tener que desplazarse. La clave es saber ejecutarlo bien y con el mínimo impacto ambiental.

Manel Martorell:

“El coche eléctrico me va perfecto para viajar por carretera, aunque debes planificarte bien”
Manel Martorell.
Manel Martorell.

La mejor prueba de la satisfacción de la familia Martorell con su coche eléctrico es que han decidido comprarse otro. “Hace dos años que tenemos un BMW i1, que utiliza mi mujer para ir a trabajar de Teià a la Zona Universitaria de Barcelona, y le va perfecto. Son unos 60 o 70 kilómetros diarios, con una autonomía de unos 260 kilómetros, así que solo se necesita una carga completa a la semana”, explica Manel Martorell. A raíz de la buena experiencia, hace cuatro meses decidió comprarse un Tesla Model Y para utilizar en su actividad laboral –tiene una empresa comercial– y afrontar uno de los grandes retos para un coche eléctrico: los viajes por carretera de larga distancia.

Y, según Martorell, el resultado sigue siendo positivo: “Viajo mucho a Zaragoza, Bilbao y Madrid y el coche me va perfecto, aunque debes cambiar el enfoque al que estabas habituado, para planificar la ruta en base a los puntos de recarga ultrarrápida disponibles y añadir una hora más al tiempo de viaje”, comenta. Todo depende de la distancia a recorrer, claro. El Tesla dispone de una de las mayores autonomías del mercado, unos 450 kilómetros, y esto le permite llegar a la capital aragonesa sin parar, por lo que solo debe asegurarse que en el hotel donde se aloja exista un punto de recarga. En el caso de Madrid, debe parar a medio camino para recargar, aunque suele aprovechar ese tiempo para descansar y comer algo.

“Estoy muy satisfecho, porque las sensaciones de conducción son fantásticas y porque sé que estoy contaminando menos. Tengo una hija de 13 años y me gusta saber que le estoy dando un buen ejemplo a nivel de protección medioambiental”, destaca. Eso sí, considera que aún falta bastante para que el coche eléctrico pueda dar un salto masivo, porque faltan facilidades para animar a los conductores. Y cita algunos puntos de mejora posibles: “Que las ayudas a la compra sean más sencillas, sin tantos trámites; que los puntos de recarga se coloquen en las áreas de servicio de las autopistas para no tener que desviarse; y que también se lleve a cabo una transición eléctrica en el transporte de mercancías”. Paso a paso, aunque comienza a ser urgente.

Dos incentivos para pasarse al coche eléctrico

Uno de los principales obstáculos para pasarse al coche eléctrico sigue siendo el precio de compra, que todavía se sitúa por encima de los modelos de gasolina, diésel o híbridos. Sin embargo, hay que tener en cuenta dos incentivos pensados para promover la transformación sostenible del parque móvil en España: el Plan Moves III y la financiación específica que ofrece BBVA para la adquisición de vehículos eléctricos. Y si alguien aún tiene dudas, la entidad cuenta en su ‘app’ con un comparador que ayuda a calcular los ahorros que supondría adquirir un coche eléctrico en vez de uno de gasolina en base a conceptos como el gasto en combustible, los peajes o los impuestos.

El Plan Moves III se encuentra en su tercera edición. Es un plan de ayudas que supone una subvención directa que puede ir desde los 700 euros hasta los 9.000 euros, dependiendo del tipo de vehículo adquirido (eléctricos enchufables y de pila de combustible) y de su autonomía. La convocatoria de este plan está vigente hasta el 31 de diciembre del 2023 y cuenta con un presupuesto inicial de 400 millones de euros procedentes de los fondos europeos.

Asimismo, BBVA ofrece una financiación especialmente diseñada para promover el paso a la movilidad sostenible. Se trata del Préstamo Coche Ecológico, que contempla de 3.000 a 75.000 euros para adquirir un eléctrico o un híbrido enchufable, sin comisión de apertura y un plazo de retorno de 2 a 8 años.